Muchas veces nos preguntamos por qué nuestro cabello no luce tan sano o brillante como quisiéramos y aplicamos un sinfín de productos que nos prometen dar lo que estamos pidiendo; lo que pocos sabemos es que esto se encuentra relacionado con nuestra piel cabelluda.
Al igual que la piel de nuestro cuerpo, la de la cabeza se encarga de ser una barrera física, protección inmunológica, aislante térmico, entre otras. A pesar de estar formada por tejidos suaves es una capa exterior continúa, elástica y resistente; sin embargo, no se le dedican los cuidados necesarios porque creemos que al ser llamado “cuero” cabelludo está muerto, no es así, está muy vivo y tiene necesidades.
Una de las primeras cosas a tomar en cuenta es que su pH debe oscilar entre los 4.5 y 5.5, por lo que alterarlo podría ocasionar afecciones cómo caspa o dermatitis seborreica.
Lo ideal sería prevenirlo con productos que no alteren esta acidez nata y que incluyan ingredientes naturales como extracto de avena, aloe vera, keratina.
Al cuidar nuestra piel cabelluda también está relacionada la aplicación de nuestros productos de limpieza:
Moja tu cabello de enfrente hacia atrás de forma suave.
Aplica el Shampoo y masajea los lados de la cabeza, en la parte de arriba y la parte baja de la nuca, para que se active la circulación. NUNCA rasques o presiones demasiado fuerte.
Enjuaga de forma suave y de adelante hacia atrás. Recuerda no exponerlo a una temperatura muy elevada, lo ideal es que sea tibia y después con un poco de agua fría para que se cierren los poros, esto aportará brillo al cabello.
Nuestra piel cabelluda no es una parte muerta, por lo que requiere que le dediquemos un tiempo y evitemos maltratarla.
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